martes, 7 de junio de 2011

Si no te hubieras ido...

Esta canción hace que me acuerde siempre de la gente q quieres y ya no están. Dedicada a Lolo, siempre con nosotros



(de Chus)

domingo, 5 de junio de 2011

CARTA PARA LOLO:

¡Cómo es posible que ya haya pasado un año desde la última vez que te vi!. No te das cuenta que pasan los días hasta que llega el aniversario de algo, como hoy.


Llevo todo el día pensando qué puedo hacer para recordarte, pero la verdad es que no es un día especial el de hoy, porque te recuerdo muchas veces. Entre otras muchas cosas, porque paso muchas horas en el ordenador (ya sabes que la tele y sus cotilleos me aburren), que está justo debajo de ese rincón de Lolo Pavón que construí gracias a tu generosidad, con mi colección particular de dibujos tuyos, todos desbordando vida y amistad. Hasta el letrero me hiciste. La envidia de nuestros compañeros. Este año les he cambiado los marcos, que estaban un poco ajados y con alguna esquina rota por algún topetazo en una de mis muchas mudanzas. Ya sabes que entonces no estábamos muy boyantes y utilizábamos el primer marco que encontrábamos a nuestro paso. Pero ahora, con la tienda esa sueca que han abierto, lo he tenido más fácil.

También tengo que contarte que ha aparecido un retrato que no recordaba que me habías regalado. Lo encontró mi hermana en una carpeta, cuando trasteaba en el estudio de mi padre, seguramente él lo guardó en su momento para que no se estropeara, y allí se quedó hasta este año. Un regalo inesperado que me llenó de alegría. Todos tus retratos eran regalos inesperados, éste no iba a ser menos, y mira por dónde es como si me lo hubieses regalado dos veces. Repasando los retratos que me hiciste me he dado cuenta que siempre estoy seria y meditabunda, no sé por qué. 

En este año que ha pasado nos hemos reunido muchos de los compañeros de la facultad ¡23 años después de acabar la carrera!. Fue muy divertido, aunque te echamos de menos, claro. Tu sombra revoloteaba sobre nuestras cabezas, y te nombramos muchas veces. ¡Como hemos cambiado todos físicamente! ¡tendrías que vernos! Aunque, en el fondo, debajo de esa fachada pasada por el tiempo reconocías a aquellos niños con los que compartimos cinco años. Poco a poco van uniéndose más al grupo ¡ya somos 44!… También hemos ido a una boda de ringorango, la de Chus, en la que acabamos como entonces, de madrugada camino de casa alborotando los callejones del centro con nuestras risas. Otro día volvimos a la Cantina del Titi después de disfrutar de tus colores y de las historias que cuentan tus lienzos en tus magníficas exposiciones de San Fernando.

Por allí correteaban tus niños, monísimos. Los estamos viendo crecer a pasos agigantados, la Lola graciosísima cabalgando sobre la escultura de la serpiente multicolor, y enseñándole orgullosa a mis niñas una rana en un cuadro tuyo, que decía que había pintado ella contigo.


Y de Pilar... ¡qué te voy a decir a ti que no sepas! Vitalista, alegre, haciendo lo imposible para que tus niños crezcan felices con tu recuerdo vivo. Todo un ejemplo para las que nos achantamos ante cualquier desgracia. Allí charlé con tus hermanas, que aun llevan el estupor de lo sucedido en la mirada.

En fin, un año ya desde que no te veo… cómo pasa el tiempo. Pero lo mejor de los buenos amigos es que no pasa el tiempo por ellos, están siempre presentes en nuestros corazones y siempre hay temas para empezar a hablar y no parar... ¡Y anda que no tenemos palique los dos! ¡cuántas conversaciones hemos tenido por teléfono, con mi familia esperándome para cenar, haciéndome gestos de impaciencia!

Bueno, pues después de tanto pensar en qué podía hacer yo para este aniversario, mira, me ha salido una carta. Ya no se escriben cartas ¿verdad?. Y como me decías en la nota que me mandaste con el dvd de Fango, esta carta:

Besos, Lolo. Ya hablaremos.
Cristina.

Encrucijada de caminos: las vidas de Lolo Pavón

 "Lolo Caracol" Óleo/lienzo
Texto que escribí para el catálogo de la exposición de Lolo en la galería GH40 de San Fernando:

Me es difícil, muy difícil escribir sobre Lolo Pavón en estos momentos. No podría mantener el temple y la distancia necesaria porque no sabría separar debidamente las cosas, las imágenes, los recuerdos, las conversaciones… Así que voy a hablar de sensaciones.

Tengo la inmensa suerte de tener varios cuadros de Lolo en casa (entre ellos, el soberbio "Lolo Caracol" que preside este post). Suelo mirarlos a menudo y con un nudo en la garganta, reflexionar sobre la esencia del arte y de la vida. Irradian una energía especial que se expande más allá del marco, más allá de la pared donde están colgados. Impregnan el aire de tal manera que uno se siente rápidamente poseído y habitado por esa esencia, por ese arte latente de quien verdaderamente ha sido y vivido como un artista. Es como si sus cuadros me miraran y no al revés. Me recuerdan, me están diciendo que hay que sentir y vivir el arte por todos los poros. Es la magia que tiene el verdadero arte. Y Lolo lo tenía, a raudales.

Sobre Lolo han dicho muchas cosas y todas bonitas, todas maravillosamente tiernas, como por ejemplo que fue “un niño grande y un zangolotino feliz”, que era además de un inmenso artista, una maravillosa persona de trato afable, con gran sentido del humor, de animada conversación y (paradojas del destino) todo corazón. Y doy fe de que así es, que así siempre fue Lolo Pavón. Porque nos conocimos en los lejanos y bohemios tiempos de la Escuela de Bellas Artes en Sevilla y desde entonces –a pesar de las vueltas de la vida y las distancias- hemos sellado una de las amistades más sinceras que he tenido el gusto de compartir y sentir. Así que ruego me perdonen si hablo más de sentimientos que de arte. Me vienen a la memoria tantas emociones, descubrimientos, casas, pinturas, pinceles, músicas, amigos y tantas otras cosas que sería aburrido aquí y ahora, enumerar. Y eran tiempos de dudas e incertidumbres donde hablábamos mucho de las cosas de la vida y por supuesto, de arte. Le he visto crecer como artista. He visto como su obra se ha ido haciendo cada vez más personal y auténtica, cómo su paleta de tonos apagados y su temática expresionista de los primeros años ochenta (bajo el poderoso influjo de la pintura y obra gráfica de Edvard Munch) pasó a iluminarse con un estilo de dibujo y una gama cromática personalísima, alegre y festiva que es una de sus señas de identidad. 

Como la vida misma las pinturas, los dibujos y las esculturas de Lolo Pavón están llenas de líneas, caminos y bifurcaciones que conducen a un único y mágico lugar que sólo los verdaderos artistas alcanzan: ese lugar llamado arte, ese lugar que para Paul Klee -un artista al que admirábamos ambos con pasión- no reproduce lo visible, sino que “hace” visible.

Y así es, viendo ahora -y en su dolorosa y prematura ausencia- muchas de sus obras en mi pared o en una galería de arte, pienso en todas las cosas a la vez sencillas y complejas que por ellas hace visibles, todos esos sueños, esa alegría de sentir y de vivir, esos personajes y mundos al límite de la distorsión, esas inverosímiles historias entrecruzadas, esos paisajes de la infancia y de la memoria, esa sinfonía casi musical de colores… Por todo ello, Lolo Pavón ha tenido la inmensa suerte de no irse del todo, de quedarse del lado de acá de quienes aún creemos en la fuerza magnética que tienen las genuinas obras de arte. 

Manuel Pérez Báñez

viernes, 3 de junio de 2011

Por siempre en nuestros corazones

Permanecer en la memoria y seguir estando presente en el pensamiento y el corazón de todos los que te conocieron y amaron es la forma más sublime de estar vivo.

Hoy hace un año... (Pilar Vera)


  Lolo Pavón En el camino (Oleo/Lienzo)

Hoy hace un año que nos dejó nuestro querido LOLO, pero aunque no se encuentre físicamente con nosotros, él permanecerá siempre en nuestros corazones.

Se piensa que cuando se pierde a un ser querido, no se puede continuar viviendo, o no vas a saber vivir sin él, pero poco a poco aprendes y te apoyas en otros pilares para seguir hacia delante.

En este año han ocurrido muchos acontecimientos, que de una forma u otra están vinculados con LOLO, lo que te hace tenerlo más presente y sabes, sientes, que desde donde se encuentre lo vive paralelamente a ti y disfruta de los momentos felices de sus seres queridos.

Seguro que se habrá emocionado de ver que gracias a él, su promoción de Bellas Artes se reencontraba después de 23 años sin tener relación.

De toda la movida que se montó en Internet: homenajes, dedicatorias, montajes fotográficos, blogs... etc y que hoy con su aniversario lo vuelven hacer vigente.

De cómo su suegro se está encargando de clasificar, ordenar y catalogar su obra.

De esa magnífica y gran exposición que le montó Juán Antonio Lobato, todo un éxito y que fue punto de reunión de sus amigos, los cuales quisieron recordarlo yéndose a comer a uno de sus lugares preferidos “la Casería”.

De la boda de su gran amigo “Chus”, el gran soltero, al cual nadie pensábamos que acabaría “Cazado”.

De ver hacer la comunión a su sobrina Paula y de cómo su otra sobrina, María le toma las riendas lanzándose al terrible y a la vez gratificante mundo del arte, y lo hace fantásticamente.

Y cómo no, de sus tres retoños, de cómo le tiran besitos hacia el cielo o van entusiasmados al cementerio a depositarles flores y cantarte feliz cumpleaños. Seguro que se ríe de las preguntas que hacen sus mellis sobre él, o de cuando Daniel dice: "Pilarita me ha pagado", con ese toniquete tan dulce que le caracteriza. Y alguna que otra lagrimita se le caerá al escuchar a su Lola sus planteamientos de cómo le echa de menos y que ya lleva mucho tiempo sin verle y que quiere que toda su familia se reuna con su papi. Te reirías de cómo dice a su primo Miguel: Carlos es amigo de mi papi y me va a enseñar a tocar la “ticarra”. Te hacía tanta gracia el nombre, que pensaste ponérselo a tu nave.
Los niños son la vida, y la vida continúa, como esa serie que nunca finaliza ”Amar en tiempos Revueltos”...

PILAR VERA
Un año sin Lolo. Ha sido y seguirá siendo un pedacito de cada uno de nosotros.
Inma

jueves, 2 de junio de 2011

GUAY SPIRIT

Hace ahora un año Lolo tuvo entre sus manos este regalo hecho por todos nosotros, sus compañeros de la facultad de Bellas Artes de Sevilla. En un tiempo record nos agrupamos unos cuántos y aportamos nuestro granito de arena para animarlo en lo que creíamos que iba a ser su convalecencia. Sé que lo disfrutó (no tanto como nos hubiese gustado) y que supo que lo queríamos.

Ahora que hace un año que sufrimos su ausencia, os lo pongo de nuevo para que volváis a verlo. Nuevamente estamos todos juntos pensando en él, para que su presencia siga en nosotros tan viva como siempre.





(Cristina)